lunes, 7 de septiembre de 2009

..agonia sin nombre

Hoy voy a callar, no diré nada, guardare silencio y me hundiré en el pensamiento agónico de mi propio sentir. Padeceré la incertidumbre de una vida negada a los que no quieren encontrar lo que nunca ha sido buscado. Me resignare como siempre a no opinar, a guardar silencio en un mundo donde lo relativo es verdad absoluta y la verdad se vuelve un peculiar sarcasmo de las objeciones apostemas de la especulación indigna. Saber es no aceptar la ignorancia autoimpuesta, ser sabio es dejar atrás lo que antes se conocía, para no saber nada en tierra de lo insuficiente y lo incontingente. El lenguaje es un libro apócrifo de la desventura de los olvidados antes de poder comunicar lo que es intrascendente. Solo como en el principio, aún guardo silencio. Recorro los recovecos de estas palabras y doy cuenta que mi propio sentir es súplica de una soberbia encarnada, pero esclava de la templanza de una hipocresía suscrita al tiempo en que permanezco, encadenada a un deseo arrogante de separarme de lo que escapa a mi estupidez, tan inepta y arrogante como de costumbre. Soy y estoy inmersa en la pulcritud de lo que ya no he de contemplar más.

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