viernes, 31 de julio de 2009

Se contempla en el espejo
...sabe que esta ahí, pero no se conoce.
Observa el negro de su pelo,
contempla su cuerpo, pero aún no sabe quién es.
Su mano recorre sus mejillas, con delicadeza toca su piel,
la explora,
la disfruta
...se disfruta, pero todavía no ha logrado encontrarse.
Sus ojos reflejan una melancolía enraizada en sus propias dudas.
Un brillo opaco clama sin palabras una respuesta que no tiene pregunta.
Su alma se desborda por su cuerpo, sublime e intrigante así es, no hay duda, no hay respuesta, no hay pregunta, sólo incertidumbre y agonía.
A empañado el espejo con el aliento de su boca,
sus lágrimas han lavado sus temores y sus manos,
está desesperada por encontrar aquello que le implora su deseo,
eso por lo que llora, por lo que sufre, por lo que cada mañana le ha llamado desde hace algunos días.
Mirarse al espejo, es rutina en todos los días ,
pero es indiferente para el resto de su vida,
que siempre está en claroscuro.
Despertar es volver a dormir,
cerrar sus ojos es mirarse de nueva cuenta en el espejo del ensueño.
La impotencia la recorre,
la hace temblar,
le produce indignación,
la mira,
la enfrenta,
pero no puede vencerla, no puede.
Dejar el mundo y recostarse, es un beneplácito de su duda, de su incertidumbre, de su juez de cristal, que cada mañana la mira, la contempla, la juzga, pero sin decirle nunca, quién es y cuál es la sentencia.
suena: Ansiedad de buscar-Gustavo Cordera
-gracias, Eduardeath :)

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